jueves, 28 de julio de 2011

El Juego (un cuento de mis 18 años)




Hacia fines de 1982 y principios de 1983 -yo tenía por entonces 18 años- se publicaba una revista llamada "Humor y Juegos", que luego pasó a llamarse "Juegos para Gente De Mente". En ella, Gloria Pampillo tenía a su cargo una sección llamada "Concurso Permanente de Cuentos Breves". Los lectores podían enviar a la revista un cuento de hasta 200 palabras (algo muy difícil de escribir, les aseguro), y ella cada mes elegía uno para publicar, y hacía una breve devolución de algunos de los restantes, los no elegidos. El primero que envié fue este y no mereció ningún comentario. Su tema obligatorio era El Juego. Un inédito ante ustedes.





El Juego



Miré hacia todos lados y no vi nada en absoluto. Y es que en realidad, no existía nada que pudiera ser visto.
Giré la cabeza pues me pareció haber oído algo. Pero no escuché sonido alguno. En realidad, no existía nada que pudiera ser oído.
Olfateé, intenté sentir un gusto en mi boca y agité los brazos como para tocar algo. Sólo vacío a mi alrededor.
Levanté un dedo: el cielo apareció ante mí, envolviéndome. Tenía sed, y con sólo desearlo obtuve toda el agua necesaria. Para no caerme, coloqué tierra bajo mis pies.
"Demasiado lugar para uno sólo", pensé. Y aparecieron pájaros en el cielo, peces en las aguas, animales y vegetación en la tierra.
La oscuridad me abatía sobremanera cuando se hizo la luz. Pero aún no tenía alguien con quien hablar. Un poco de barro fue necesario para obtener compañía. Lo llamé hombre. Y puse, a la vez, otra criatura con él. La llamé mujer.
Me miraron, con una inexpresión total en sus semblantes. No hablaban. No sentían.
Iba a insuflarles vida, cuando sentí Algo a mis espaldas. Me di vuelta, mas no por mucho tiempo, pues una luz enceguecedora quemó mis pupilas.
- ¡Sólo a Mí me corresponde!
- ¡Piedad! Se trata sólo de un juego -alcancé a responder.
E, instantes después, desaparecí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante, me gusto. Solo le quitaria la E al principio de la ultima oracion.
Julio 588